viernes, 21 de febrero de 2014

Pibita y Chaboncito

Caminó, caminó, caminó y llegó hasta un banco de plaza. Tiene cuatro patas, como un caballo- pensó, y se sentó encima con la esperanza de que la llevase a dar una vuelta galopando.
Casi, casi tenía convencido al banco sobre lo del paseo cuando vio que un pibito se paraba delante de ella. ¿Y vos quién sos?- le preguntó
-Yo soy el Chaboncito canchero- respondió el susodicho- ¿Y vos, cómo te llamás?
-Yo no tengo nombre, estoy buscando uno.
El Chaboncito canchero se dio vuelta la gorra, poniendo la visera para atrás para parecer más piola y le dijo- Podés llamarte Princesa. Es un nombre de pibita, un nombre rosa.
La pibita meditó un momento; tres segundos y medio, y luego dijo- Pero no sé lo que significa princesa.
-Una princesa es una pibita que vive de arriba.
-¿Arriba?- pensó, y miró hacia el cielo. Volvió a pensar y luego se miró los pies. Puso cara de duda, que es esa cara que se pone arrugando un cachete y torciendo la boca. Entonces volvió a  subir la vista e intentó ver hasta donde llegaba su cabeza. Lógicamente no pudo ver eso, nadie puede. Lo que sí vio fue la colita de pelo que se había atado con una gomita lila. Estaba bailando una chacarera con el viento, justo por encima del flequillo. Calculó, calculó, calculó y llegó a la conclusión de que su cabeza, a lo sumo, llegaría hasta ahí. Y ahí no era muy arriba.
-Pero… yo soy muy chiquita. Yo vivo acá abajo- dijo- Gracias, pero Princesa no me sirve. Necesito un nombre de abajo. Uno para vivir cerca de las vaquitas de San Antonio, que son chiquitas como yo y vuelan cerca del suelo, entre las macetas del patio. 

Arrima texto y dibujo: Lean Bello
Y si, la pibita es una khaleesi, de princesa nada :)


domingo, 16 de febrero de 2014

La pibita y su nombre que todavía no es

Ella decidió dejar su viejo nombre y salir al futuro sin nombre. Pensó que el devenir le propondría algo interesante, un nombre que la NOMBRE. Pensó... quizás la caricia de un gato o la sonrisa de un abuelo de plaza le ayudarían a encontrarlo. No tiene apuro, a ella le gusta sentirse liviana de un nombre que aún no es.


SoniaE se sube al colectivo cuentístico. El gato es un tapiz de su autoría. Estamos viendo si este es el felino al que se le va a ocurrir un nombre o le da demasiada fiaca pensar uno. Igual, no hay apuro :)


domingo, 19 de enero de 2014

De cómo la pibita agarró la mochila y de los otros mundos que fue a encontrar

Pensó, pensó, pensó. Como tres minutos y medio pensó. Y después de tanto exprimirse la sesera, la pibita decidió que ya era hora.
-¡Ya es hora!- le dijo al árbol que se quedó verde de tan mudo.
-¡Ya es hora!- le gritó al avechucho que pasaba.
-¡Ya es hora!- le dijo en secreto a una vaca de san antonio, porque tiene las orejas chiquitas y no quiso aturdirla.
La pibita entró a su casa. En su mochila puso dos galletitas y un juguito, unos lápices de colores, un tren y un oso panda (de peluche, claro, el de verdad se negó a viajar apretado en una mochila) Escribió con crayon en la pared "chau, después vuelvo" y con una sonrisa grandota abrió la puerta y salió.

La pibita necesita nombre, se aceptan sugerencias :)